¡Os compartimos una alegría muy grande!

¡Os compartimos una alegría muy grande!

Si, queridas hermanas todas, hoy hemos tenido la dicha de poder  festejar a H. Teresa, nuestra superiora general,  en la Comunidad de Roma, que aunque parezca una cosa normal, ya que ella reside aquí, otras veces lo ha celebrado en otros lugares de nuestra Congregación donde  en este día se encontraba.

La alegría, la ilusión, las ganas de celebrar han llenado el ambiente de nuestra comunidad desde los días que han precedido la fiesta… Os parecerá curioso pero algunos días antes,  durante la sobremesa…hemos ensayado los cantos de la celebración eucarística, aprovechando de que estos son momentos en que estamos todas juntas: comunidad y hermanas de la Curia general.

El amor que todas le tenemos se ha desbordado en todos los ámbitos y desde la despensa a la capilla, pasando por la cocina, taller de las muchachas, enfermería…en todos los lugares de la casa se ha respirado el aire de fiesta y cada una de nosotras ha colaborado para que la FIESTA RESONARA NO SOLO EN ROMA SINO EN TODOS LOS AMBITOS DE LA CONGREGACION donde estamos, seguras ha sido un día especial este 15 de octubre, no obstante el Covid’19 que a todas nos acomuna, de una manera o de otra, durante este año. Esta situación no nos ha permitido reunirnos hoy en Roma con otras hermanas de Italia como era nuestro deseo y el de ellas.

De víspera, después de cenar todas contribuimos a preparar el comedor para la fiesta: cartelones, globos, servilletas de colores iban dando ya la tonalidad deseada.

La mañana del 15 nos despertamos con un olorcillo a dulce recién hecho: las ensaimadas que con tanto cariño nos prepararon para la gran Fiesta.

En los laudes, elevamos al Señor una oración especial  dedicada a H. Teresa agradeciéndole entre otras cosas por el don que nos ha hecho de ponerla como guía y compañera de camino de la gran Comunidad adoratriz, que es la Congregación.

A continuación la celebración eucarística, donde sencillos cantos con voces “no muy brillantes” pero llenas de un amor grande, dieron un toque de fiesta especial.

Al finalizar pasamos a la sala de Comunidad donde nos esperaban nuestras jóvenes para, de buena mañana danzar para H. Teresa. Todas  nos unimos a la alegría del canto de Felicidades a ella, que salía de nuestros corazones y que juntos a los aplausos… nos decía que era un día grande en la comunidad de Roma.

En las primeras horas de la tarde nos reunimos y nos recreamos con algunos detalles que algunas hermanas prepararon para festejarla. Se veía en ella, y en nosotras todas, la alegría y el gozo de manifestarle en todos los detalles del día el cariño que le tenemos y que ella agradeció.

Terminamos con el rezo de las vísperas reunidas como estábamos en el salón. El Magnificat fué el broche final de un día lleno de acción de gracias y petición de bendiciones para H. Teresa.

                                                                                                                 Comunidad de Roma

Galería de fotos

Compartir

Noticias relacionadas