La resurrección es el acontecimiento de vida más importante para nosotros los cristianos; lo que significa Jesús en nuestras vidas se comprende a través de la resurrección, porque todo cuanto dice y hace suscita en las personas la curación, la esperanza, el amor, la paz y la libertad.

La mujer en los tiempos de Jesús, es la máxima representación de ello; el dulce diálogo que tiene Jesús con la Samaritana la sana y libera; ella lo reconoce y responde afirmativamente al “anunciar a quien ha hablado con ella”; (Juan4,3-42).

El seguimiento de María Magdalena, Juana, Susana y otras mujeres que después de sanadas lo acompañan, con decisión y autodeterminación (Lucas 8,1-3)

La Mujer hemorroisa, pobre e impura, rechazada y discriminada, busca a Jesús, lo toca y se sana, ante esta fuerza de fe, Jesús la empodera, la hace visible y ella responde siguiéndole y anunciándole en público

A la mujer encorvada, inmóvil, prisionera del peso de la marginación (Lucas 13,10-17) Jesús la sana un día sábado y ella “Lo Glorifica” hace lo que era el sentido del día sábado: no trabajar para glorificar a Dios

Las mujeres que, como Salomé, Magdalena, Maria la madre de Santiago, contemplaron la muerte de Jesús desde lejos, lo lloraron, nunca se escondieron, lo siguieron y se quedaron a ver dónde lo ponían (Marcos 15,40-41).

Definitivamente son las mujeres quienes desde el principio de los tiempos  protagonizan lo que suscita Jesús en las personas, son las que anuncian la resurrección, las que dan vida a la fe de la Pascua (mateo 28,1) y es una Mujer, María la Madre de Jesús, quien acompaña el miedo, la desesperanza, el desánimo, la tristeza, la oscuridad en la que quedaron los discípulos y sus seguidores.

Somos las mujeres invitadas perennes a seguir visibles en la resurrección de Jesús en nuestros corazones y los de nuestra mujeres; a liderar procesos de liberación con ellas, a entender el servicio hacia ellas, como una diaconía de entrega unos por otros, a experimentar la misericordia de Dios con nuestras familias y comunidades, a comprender que la resurrección busca una renovada humanidad; que es la luz y la fuerza para afrontar las dificultades; que es la posibilidad absoluta de encontrarnos con El en la eucaristía

“La resurrección de Jesús es un verdadero acontecimiento de la promoción de la mujer”(Miguel Payá Andrés)

Floralba Gómez Castaño.

Laica Adoratriz Colombia