Adoratrices en Argentina reciben premio de Unesco por su labor contra la trata

Adoratrices en Argentina reciben premio de Unesco por su labor contra la trata

Las religiosas Adoratrices en Argentina han recibido un destacado premio de la UNESCO por su labor contra la trata de personas.

En el Día Mundial de Lucha contra la Trata de Personas, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a través de su Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, (CIPDH) con sede en Argentina, otorgó los premios “Luchadores y Luchadoras contra la trata de personas”, un reconocimiento especial a quienes han colaborado de manera decisiva contra esta lacra.

Las religiosas Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, de Argentina han sido galardonadas con este importante reconocimiento por su “extensa trayectoria de liberación, asistencia y contención de mujeres y niñas víctimas de explotación sexual y trata de personas”.

Desde CIPDH-Unesco destacaron que la congregación de las Adoratrices fue “gestada e impulsada por Santa Mª Micaela, quien respondió con audacia a una necesidad de la época: liberar y promocionar a la mujer marginada y explotada por la prostitución acompañándola en el proceso de tomar conciencia de su dignidad de persona y en su integración social”.

También subrayaron que “la historia de las Adoratrices es una historia contada por la vida de muchas mujeres, tejida y enriquecida por gestos que nos hablan de dignidad, de promoción, de esperanza, de libertad”.

Al otorgarles este importante premio, desde CIPDH-Unesco agradecieron “la tarea que las Adoratrices realizan en todo el mundo” ya que “cuentan con más de 150 proyectos desarrollados en 25 países entre Europa, América Latina, Asia y África que se han ido adecuando y adaptando a las necesidades de las mujeres y sus contextos, según las diferentes realidades, para que cada mujer sea protagonista de su propio proceso de liberación”.

La Hna. Andrea del Valle Gómez recibió el premio en nombre de las Adoratrices y aseguró sentirse “conmovida” por “el trabajo y el compromiso” de los premiados “en favor de las víctimas del delito de la trata”.

Agradeció en nombre de toda la comunidad el galardón y explicó que el trabajo que desarrollan las Adoratrices en sus casas es “codo con codo con las mujeres, desde el lado de la asistencia para recibirlas, acogerlas, confiar en ellas y su propio proceso de cambio y de superación, de liberarse, de poder salir de esta trampa en la que quedaron envueltas, que es un atropello a su dignidad”.

“He sido testigo de cómo llegan ellas, vulnerables y traumatizadas, y ese proceso de superación lleva mucho tiempo pero nuestra colaboración con ellas es brindarles un ambiente de familia, de escucha y diálogo, de encuentro. Sintonizar con la situación en la que han llegado y tratar de intervenir. Ayudarlas a tomar conciencia de que es posible vivir de otro modo”, aseguró la hermana.

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