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El aceite doméstico usado, además de sencillo de reciclar, es muy útil. De él se obtienen productos tan necesarios como jabones, lubricantes y combustibles ecológicos (biodiesel) para nuestros vehículos a motor. Las grasas y aceites , así como sus diversas fracciones, ofrecen multitud de aplicaciones en el sector industrial, además de los beneficios económicos y medioambientales.

La forma más sencilla de reciclar el aceite usado de cocina es acudir a un punto limpio de recogida de aceite usado. Ahí encontraremos contenedores específicos para este residuo.

Posibles aplicaciones en la Industria:

  • Sector destilación
  • Lubricantes
  • Ceras, velas, etc.
  • Pinturas
  • Barnices

Abonos orgánicos:

  • Compostaje

Industria cosmética:

  • Jabones
  • Cremas

Industria energética:

  • Biodiésel

Existen múltiples recetas en internet que nos abren un abanico de posibilidades para reciclar este residuo.

Proponemos una idea para dar una segunda vida al aceite usado.

 Haz jabón

Fabricar jabón con aceite, sosa cáustica, agua y, opcionalmente, una gran variedad de aceites esenciales para dotarlo de aromas. La operación requerirá un filtrado inicial del aceite usado por si tuviera partículas. Podemos hacerlo con un embudo y un tamiz de malla fina que retenga los sólidos.

Se trata de una operación sencilla pero que entraña cierto riesgo de salpicaduras con la sosa cáustica, por lo que hay que proveerse de guantes de limpieza y algún tipo de lentes industriales de protección. Además, conviene tener paciencia con el secado del jabón, que puede durar un mes, pero sin duda nos podremos proveer de jabón para múltiples usos, desde lavar la ropa a emplearlo para las manos y el cuerpo.

Elaboración:

  • En un cubo de plástico poner el agua.(1 litro)
  • Poco a poco ir añadiendo la sosa caustica (160 gramos) al agua, y remover durante un buen rato con un palo, hasta que se disuelva la mezcla. Esta mezcla de agua+sosa= lejía. ¡¡MUCHA PRECAUCIÓN!!
  • Cuando la mezcla esté bien deshecha y haya bajado la temperatura de la mezcla, ir añadiendo poco a poco un litro de aceite usado de oliva o de girasol y no dejes de remover siempre al mismo sentido.
  • Continuar removiendo con el palo todo el proceso o utilizar la turmis hasta que quede una textura cremosa.
  • Vierte la mezcla en moldes que dejamos secar durante 3 o 4 días en un lugar fresco, seco, bien ventilado y resguardado del sol.
  • A los 3 días ya se puede sacar del molde. Con la ayuda de un cuchillo se parte en trozos y se dejan en un lugar ventilado para continuar el proceso de saponificación, que no es más que dejar que todos los ingredientes del producto se transformen en jabón. Este proceso dura 6 semanas.
  • A partir de entonces…

¡Ya está listo nuestro jabón para usar!