El pasado 11 de diciembre se cumplieron 95 años de presencia en Venezuela de las religiosas adoratrices. Con motivo de esta importante fecha, se recordó la audacia, fidelidad y entrega incondicional de 3 grandes mujeres, adoratrices que dejaron su Patria, España, y arribaron a lo desconocido, confiadas en la divina providencia. Fueron las Madres Mercedes Sivatte de la Eucaristía, Modesta Araviotorres de Jesús y Teodora Usandizaga de María.
El nuncio de Su Santidad Mons. Fernando Cento había invitado a la congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad a instalarse en Venezuela. Estas tres hermanas llegaron el 11 de diciembre de 1927 y fueron acogidas con gran familiaridad, cercanía y amor por la congregación de las Hermanitas de los pobres de Maiquetía; primera Congregación venezolana. Su acogida fue tremendamente importante para las hermanas, especialmente en los primeros momentos tan duros de fundación.
Los comienzos como en toda fundación fueron difíciles, pero poco a poco fueron aflorando vocaciones y extendiéndose por otros lugares de Venezuela.
La vida de fidelidad de estas tres primeras hermanas al transmitir la misión es lo que nos sigue moviendo a cada una de nosotras a ser transmisoras de esa lámpara encendida. Nos encomendamos a ellas para que sepamos responder con la misma audacia y testimonio a las generaciones venideras. Que el Espíritu adoratriz siga impulsando con ese mismo dinamismo que les caracteriza y llegue allí, donde la mujer clama, resonando en nuestro interior la máxima de santa María Micaela: “Por ellas he fundado”
Damos inmensas gracias a Dios porque fuimos fundadas por una gran mujer, Santa María Micaela, que dejando todo: familia, títulos, palacio, pretendientes, con gran audacia y amor a Jesús Sacramentado que le decía “A ti quiero yo en mi Obra”, nos transmitió el Carisma que le inspiró el Señor, de Adoración – Liberación.