Convocados por Hna. Fara Galati, coordinadora general del área Laicado del Gobierno General, en el marco de la formación continua del “Grupo Semilla” Congregacional Adoratriz, donde vamos haciendo camino de Misión Compartida, nos volvimos a encontrar con mucha gratitud y deseo de compartir el sábado 9 de mayo vía telemática por un espacio de algo más de dos horas.

Pese a las dificultades de conexión propia de estos tiempos de mucho uso de internet pudimos hacer realidad el salmo 123 una vez más: “Ved qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos”. Japón, Europa, India, América, unidas por el llamado vocacional a compartir el carisma adoratriz.

Nuestra tarea fue trabajar sobre las lecturas de la primera parte del PGF y del libro Mujer Audaz. Como así también todas lo que vivimos en los diferentes apostolados que acompañamos junto a nuestras comunidades en estos tiempos de pandemia. Hemos apreciado nuevamente a la formación como don y tarea para todas/os nosotras/os, no sólo como un deber, sino como algo que nos permite hacer crecer nuestra identidad adoratriz, que hace que no sea un nombre vacío, sino real y verdadero, como quiere”Micaela” y como lo manifestaron nuestras hermanas capitulares en el XXVIII Cap. Gral.

Volvimos a experimentar la unidad del Cuerpo Congregacional y del amor de Dios que nos permite  experimentar en la Eucaristía el origen y meta de nuestra vida personal y comunitaria,

haciendo que sea una realidad, incluso perceptible, el que la Eucaristía empuja a la vida, aun cuando no podemos, en muchos casos, tener contacto físico con las mujeres a las que hemos sido enviados.

Agradecemos a Dios, a la Congregación y, especialmente a Hna. Fara este espacio de formación y vida abierto para laicos/as y religiosas en Misión Compartida.

                                                                                                              Pablo, laico Argentino