Ahora está viviendo con nosotras una chica, T. Ella fue abusada por sus padres, y en la escuela ha sido acosada hasta sangrar. A los 16 años, ella tiene una precocidad como si hubiera experimentado la mayoría de las calamidades. Al principio, la mayoría de sus palabras eran mentira. Una noche le pregunté “¿Por qué mientes? Estoy triste”. Ella me respondió: “ No lo sé. Cuando me doy cuenta de que estoy mintiendo, aunque no quiera hacerlo, lo hago”.
Desde entonces me siento a su lado para escuchar sus historias, sobre sus acosos, abusos y accidentes. Cada vez que ella termina de contar su historia dice, “Nadie ha aceptado mi historia.” Un día tuve una intuición y fui a su habitación, encontrando en ella cigarrillos y cuchillos esparcidos por los lavabos y le dije que no quería que fumara cigarrillos en la habitación ni que se cortara las muñecas. “Es doloroso”, me dijo ella llorando, “Lo siento. Me alegro de haberme encontrado todo esto.” Pero aún así, el problema continuaba.
Rezamos, especialmente por ella durante la Cuaresma, dentro de la calamidad de la pandemia del corona virus, y deseábamos averiguar la verdadera razón de por qué, ella no podía dejar de autolesionarse. A veces escuchaba de ella palabras tan fuertes que no se podían resistir, pero seguía escuchándola con todo mi ser como si estuviera oyendo que me decían: “Este es mi querido Hijo amado, escuchadle” (Marcos 9). Mi corazón se iba sintiendo cada vez más pesado. Me he dado cuenta que he ido llevando su cruz con ella y he sacado en conclusión que esto puede ser, en tiempo de Cuaresma, nuestra “limosna”.
Cuando vuelve a casa ella me comunica todo lo que sucedió en su jornada, los acontecimientos y sus sentimientos con toda normalidad, desde las cosas más felices y divertidas, hasta las más tristes. A veces llorando, me comunica la muerte de un amigo, o del embarazo de una amiga… Al final siempre le digo, “Gracias por comunicármelo” Y ella suele decirme “Gracias por escucharme. Me alegro de que pueda estar aquí.” Sólo en ese momento, fluye un tiempo sereno. “Si se salva y pasa sólo una hora sin ofender a Dios, estoy satisfecha”. (Santa María Micaela). Al orar por ella, me he dado cuenta de que los acontecimientos que están sucediendo en su alrededor no son de ninguna manera ajenos a los problemas sociales y ambientales que suceden en el mundo. Entonces ¿Qué es lo que hago concretamente después de escuchar su historia? Hacer algo por aquellas personas que son víctimas de mentiras ocultas. Ese es nuestro “Ayunar”. Específicamente, creo que tenemos que denunciar en su nombre, ante las autoridades, la situación en que viven.
Hay un grupo de J pop que se llama Mr.Children , que ella escucha a menudo y dice: “El mundo está lleno de mimetismo. Así que si pudiera abrazar a todos como si fueran míos; mentiras y honestidad, pudieran ser más fuertes e irían más allá del horizonte...” Todas sus mentiras y palabras sinceras son suyas. Recordé esta letra del canto, cuando estaba confundida por todo lo que me contaba esta chica y también encontraba que Jesús siempre escucha en silencio mis oraciones confusas.
En Japón, hay un héroe llamado “Annpanman” que es muy popular entre los niños. Este héroe da su cabeza (pan relleno con pasta de judías rojas dulces) a los necesitados. “La verdadera justicia no es, de ninguna manera algo espectacular, sino que siempre me duele profundamente”, dijo el autor Yanase Takashi. Creo que la Cuaresma de este año, la viviremos profundamente, sintiendo las heridas de T. y juntas caminaremos a la liberación.
Hna. Chiara Fujita, Japón
