Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas

Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas

Con los ojos muy abiertos, aterrorizados empiezo a temblar

de la cabeza a los pies, trato de gritar pero un nudo

en la garganta me lo impide: no logro ni hablar, ni llorar»

                                                     Santa Josefina Bakhita

Pocos días faltan para celebrar la VII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata. Un día en el año, para hacer memoria, orar juntas y concienciarnos más que la trata de personas es una de las más graves violaciones de derechos humanos en el siglo XXI.

Este año 2021 la jornada pone de relieve una de las principales causas de la trata de personas el modelo económico dominante, cuyos límites y contradicciones se ven agravados por la pandemia del COVID-19 que actualmente sufrimos.

Pero  … ¿Porque se celebra esta jornada el 8 de febrero? Porque el 8 de febrero de 1947, nace a la Vida Santa Josefina “Bakitha”, religiosa Canosiana. El papa Francisco eligió este día para que santa Bakhita sea luz en esta oscura realidad.

Y  … ¿Quién es “Bakhita”?. Se cree que nació alrededor del año 1869 en Sudan. Ella misma nos dice en su autobiografía: “Viví una vida muy feliz y despreocupada, sin saber qué era el sufrimiento“. Hasta que a los 9 años fue secuestrada, obligada a caminar 970 Km, vendida, comprada, incluso regalada, torturada. … y hecha esclava. Por tanto, ¿Quién mejor que ella nos puede decir algo de esta cruel realidad llamada esclavitud del siglo XXI? y sobre todo nadie mejor que ella nos puede hablar con su vida de la verdadera esperanza, de auténtica fortaleza, de muchas ganas de sobrevivir. Bakhita, no solo resistía cada día a tanta crueldad, sino que no permitió que el sufrimiento se adueñara de su Vida (con mayúscula) y que las heridas físicas y psicológicas traspasaran lo profundo de su corazón, de su dignidad. Ella desde la experiencia de sufrimiento, supo transformarlo en fortaleza, esperanza, alegría, ganas de vivir,…haciendo real el significado del nombre que irónicamente le pusieron sus secuestradores “Afortunada” (Bakhita)

Es paradójico, pero desde una mirada de fe, la experiencia y la vida de esta gran mujer y de muchas de las mujeres con las que a lo largo de nuestra vida hemos compartido… nos ayudan a entender ese mensaje del Evangelio donde Jesús nos dijo “si el grano de trigo no cae en tierra y muere…no da fruto”.

Sí,… y su fruto ha sido y es bueno y abundante. Aparentemente y desde el punto de vista más humano, compartir algo de camino con personas que han sufrido la trata, acercarnos a sus vidas, a sus sufrimientos suscita en nosotras indignación, dolor, impotencia, rabia… Pero si nuestra mirada es desde la fe y nos atrevemos a “mirar en profundidad” creo que en nosotras y en nuestro alrededor germinaran semillas de esperanza, audacia, compromiso, libertad…

¡Gracias! Santa Josefina Bakhita

¡GRACIAS! Milena, Joy, Ira, Carmenza, Charity, Elena, Irina… …y una larguísima lista de nombre y rostros de tantas mujeres, hombres, niñas y niños que han sufrido y todavía sufren la más cruel violación de sus derechos como persona.

Ellas han tenido el coraje de transformar desde dentro el sufrimiento en gestos diarios de vida y esperanza… Nosotras, cuestionadas por sus vidas, si queremos, tenemos la posibilidad de cambiar un poquito más nuestra realidad

Con estos deseos, en Roma, convocadas por la UISG (Union General de Superioras Generales) nace en 2009 Talitha Kum (la Red Internacional de la Vida Consagrada en contra de la trata de personas). Se concreta así el deseo compartido de crear una “red de redes” con el objetivo de coordinar y fortalecer las actividades contra la trata de personas en el mundo.  Talitha Kum, es pues, una gran red de redes que quiere unir fuerzas personales y recursos; una gran red de mujeres consagradas que en lugar de añadir eslabones a una cadena que aprisiona, encienden una luz para hacer visible esta realidad e iluminar cada día con la entrega y el compromiso el camino hacia la libertad que estas mujeres y también hombres que desean y buscan. Una misma meta, alzamos la voz al unísono ¡levantate!… Hermanas y hermanos de las congregaciones que la integramos y presentes en 70 países. Sus vidas son un signo de nuestros tiempos; ellas y nosotras poseemos el don de la universalidad. 

Y como no podía ser de otra forma, la familia Adoratriz somos integrantes y me atrevo a decir gestantes de este gran proyecto. Por carisma y misión, celebrar este día es abrir un espacio interior de acogida y adoración, para escuchar y visualizar, rostro, nombre y apellidos, de tantas mujeres y niñas con las que cada día hacemos camino de liberación y salida de las tinieblas a la luz.

Un detalle mas, esta fecha de la fiesta de Santa Josefina Bakitha 8 de febrero me lleva a otra fecha que en la Congregación es muy significativa, el día 6 de febrero de 1844. (Y sin quitar protagonismo a esa gran mujer), creo que podemos recordar también a Micaela, nos cuenta su autobiografía: “Ignacia lleva a Micaela al hospital de San Juan de Dios, donde había una sala destinada a enfermedades venéreas. La primera visita tiene lugar el 6 de febrero de 1844. Ella misma consigna la fecha. Allí esperaba Dios a Micaela. Esta conoce allí la vida de algunas mujeres, que la impactan profundamente, y no encontrando otro medio para ayudarlas, decide abrir una casa o refugio donde acogerlas y enseñarles la religión.”

Todas conocemos que esta experiencia es principio de lo que hoy somos… Como Ella nos unimos a tantas personas que cada día encienden una luz de esperanza y buscan salida de la esclavitud a la libertad.

El momento actual y la experiencia cotidiana al lado de mujeres de todo el mundo que son víctimas de la trata, nos está descubriendo nuevas modalidades de trata. Somos conscientes y sabemos que la crisis provocada por la Covid-19 nos pone de manifestó, que nuestro modelo económico, el que domina nuestra vida, es una de las principales causas que genera la trata de personas. Esta jornada nos invita a emprender cambios, tanto individuales como sociales, para transformar nuestro modelo económico, en el que las personas estemos en el centro de toda actividad comercial y empresarial, en el que la economía sea un medio para ayudarnos a crecer y a construir una ciudadanía en la que no tenga cabida la desigualdad, ni tenga lugar la injusticia, ni la trata. (Conf. Revista Jornada oración 2021, Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad Humana CEE)

Hna. Aurelia Agredo

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