Dios es Amor

Dios es Amor

En este cuarto domingo llamado “laetare”, que significa “alegría”, Dios sale una vez más a nuestro encuentro para recordarnos el gran amor que nos tiene. Dios no se cansa de estar a nuestro lado, de invitarnos a confiar en Él y revelarnos que Jesús es la única clave de la salvación.

«Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna». ¡Dios nos ama! por eso, nuestra fragilidad está habitada por su amor que nos rescata e ilumina para que podamos, a nuestro turno, iluminar todo nuestro entorno, especialmente las chicas y todos aquellos con quienes compartimos vida y misión.

Es verdad que hay momentos en nuestra vida en los que nos cuesta abrirnos a la luz de Cristo, pero Dios no se cansa nunca de esperarnos y acogernos tal como somos, porque su gracia se derrama siempre sobre su pueblo.

Somos llamadas a clamar con todo nuestro ser, desde nuestra fe, como Santa María Micaela: «Jesús es suma bondad, sabe lo que me conviene, hágase en mí su voluntad que rendida aquí me tiene», porque quien tiene una profunda experiencia del amor de Dios no puede dejar de vivir nada más que por Él. Más aún, en este nuevo trienio que iniciamos después del capítulo provincial, en el que toda la provincia Europa-África afronta nuevos retos, pero siempre buscando con mayor fidelidad la continuidad del carisma recibido.

Os comparto con gozo este libro, “La Alegría, sal de la vida cristiana , de Amedeo Cencini, que para mí no tiene ningún desperdicio en ayudarnos a vivir con alegría y con fe nuestra entrega al que nos ha amado primero.

Estamos llamadas a ser cristianas, consagradas felices y generadoras de vida como nuestra fundadora, dejándonos amar por Dios, para así poder amar y servir con generosidad y alegría.

El canto “MI LUZ Y MI SALVACIÓN” de Salomé ARRICIBITA puede ayudarnos a expresar y atisbar nuestra confianza en el Señor.

¡Buena subida hacia la Pascua!

Hna. Marie-Reine ZANOU

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