Día Internacional contra la violencia de Género: Así responden las Adoratrices

Día Internacional contra la violencia de Género: Así responden las Adoratrices

Día Internacional contra la violencia de Género: Así responden las Adoratrices. Las religiosas Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, estamos presentes en 24 países trabajando para liberar a las mujeres víctimas de prostitución, de la trata y de otras opresiones relacionadas con la violencia de género.

Nuestra Congregación está especialmente llamada a la Adoración al Santísimo Sacramento y a la acción liberadora de las mujeres víctimas de prostitución, de la trata y de otras opresiones, que son distintos modos de violencia de género.

Testimonio de la Hna. Anupama

Anupama es una de las 8 junioras que se preparan para hacer los votos perpetuos en la Congregación de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.

“Siento que mi vocación es una respuesta al grito de alguien que necesita mi ayuda en el mundo de hoy”, asegura Anupama, una de las religiosas Adoratrices en el mundo.

Precisamente el carisma de Adoración y Liberación, de acercamiento a las jóvenes en peligro han sido el impulso para que este joven tomara la decisión definitiva: “Descubrir esta labor en la Iglesia provocó un gran impacto en mi interior y me sentí llamada a hacer lo mismo”.

La vida de las religiosas y las obras apostólicas realizadas por las comunidades Adoratrices también fueron inspiración para Anupama. Según explica: “Recordé la vocación de nuestra madre fundadora, Santa María Micaela, quién fue respuesta al grito de las mujeres marginadas en la sociedad de su época”.

Anupama conoció la Congregación de las Hermanas Adoratrices a través de un encuentro vocacional organizado por su diócesis en la India para aquellos que sentían un llamado a la vida consagrada.

Un llamamiento que ella sintió desde niña: “Cuando era niña, mis padres me llevaban los domingos a la misa parroquial. Allí veía como un grupo de religiosas enseñaban el catecismo a los niños, organizaban actividades para los jóvenes, visitaban y oraban en las casas. Donde había ancianos les daban la comunión y ayudaban a los enfermos con una clínica móvil. Tenían una excelente relación con el pueblo y su forma de vivir me inspiró a conocer la vida religiosa para poder servir al Señor”.

El encuentro vocacional le hizo ver a Anupama su deseo de ser religiosa. Sin embargo, la joven debió pasar un período de discernimiento para decirle “Sí” al Señor. “Las horas de adoración frente al Santísimo me ayudaron a discernir la vocación”. Igualmente el tiempo de formación, las clases, la convivencia, las experiencias compartidas con las compañeras y las hermanas han sido un apoyo personal para “reflexionar, profundizar y responder la llamada del Señor”.

Como parte de la preparación que reciben las jóvenes antes de hacer los votos perpetuos en la Congregación de las Adoratrices, está el acompañamiento espiritual por parte de las formadoras, confesores y otras hermanas.

En el caso de Anupama este acompañamiento sumado a las experiencias vividas con las religiosas le ayudaron a tomar la decisión de comprometerse totalmente en la vida religiosa.

El “sí” de Anupama implicaba entrar a vivir con las Adoratrices y esta fue una prueba en su camino vocacional. “Me resultaba difícil acostumbrarme a los horarios, la comida y el idioma”. Sin embargo, esas experiencias le han permitido caminar con sus hermanas desde una nueva perspectiva.

La joven juniora y otras jóvenes de distintos países se preparan en Roma y Madrid para hacer sus votos perpetuos en la congregación de la Adoratrices. “Espero profundizar en mi llamada a la luz del carisma. Quiero dejar que me acompañe el Señor. Deseo crecer en la conciencia y en la exigencia de la llamada para que el Señor me ayude a vivir la consagración en plenitud. Es el momento de abrirme y renovarme con la novedad del Espíritu”.

Las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad son una Congregación religiosa integrada por hermanas y laicos. Tienen presencia en 24 países y trabajan desde la Eucaristía para realizar la misión de acompañar y promover la liberación de la mujer que sufre explotación por la prostitución u otras formas de opresión.

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