Con mucha alegría, y em familia, y como familia numerosa que somos, acabamos de celebrar 15 años de la presencia Adoratriz en Brasil. Y decimos “como familia numerosa que somos” porque esta celebración nos ha reunido a hermanas y laicos “dispersos” y unidos desde los más diversos lugares de este nuestro planeta tierra.
La Ruah, el Espíritu de Dios, en medio de esta situación difícil de pandemia, nos ha despertado a nuevas formas de encuentro, y lo “virtual” se está convirtiendo en una gran oportunidad. Desde los más diversos lugares donde hay una presencia adoratriz, hemos sido acompañadas en esta celebración, uniéndose a través los diferentes medios por los cuales fue transmitido el evento principal.
Hemos recibido muchísimos mensajes de cariño, de ánimo y de gratitud. Gracias por haceros presentes en nuestras vidas en este momento tan especial.
Nuestras hermanas de la Provincia América nos hicieron experimentar que las distancias no son impedimento y que, ser provincia es formar parte de una gran comunidad que ha estado presente, casi en su totalidad, en la celebración y, en nombre de toda la Provincia, recibimos un hermoso mensaje de nuestra superiora Provincial, Gabriela Valot, quien contextualizó la fiesta en el marco de la celebración de los 165 años de la fundación de la Congregación y nos estimuló a mirar el pasado para revitalizar el futuro, el cual nos llevará, en fechas próximas a iniciar una nueva experiencia en Brasil como comunidad que tiende a la itinerancia, a la intercongregacionalidad e interculturalidad, un ir a la frontera, material y existencial, tal como nos urge el Espíritu a través del Papa Francisco.
Nuestra hermana Carmen Centenera, desde el cielo, se hizo también presente en nuestra celebración, y fueron muchos los momentos en los que su recuerdo se manifestó con especial fuerza.
Celebración con la familia distante en el espacio, cercana en el amor, pero celebración también con aquellos que ahora están cerca, y que tanto nos han ayudado y contribuido en la organización, preparación y realización del evento principal: parroquia, pastoral de la comunicación, amigos, laicos de la familia adoratriz, vida religiosa en São Luís y un largo etc. Ha sido una experiencia preciosa de comunión.
Iniciamos esta festividad el sábado 25 de septiembre, alrededor de la mesa de la Eucaristía, en la cual pudimos hacer memoria del paso de Dios a través del carisma adoratriz durante estos 15 años de presencia; prolongamos esta celebración viendo y escuchando diversos testimonios de la vivencia del carisma en diversas actividades y, situaciones.
Finalizamos este primer momento festejando con una gran “torta”- “tarta” –“bolo” de aniversario. La fiesta continuó el día 29 de septiembre, fecha exacta de la llegada de las hermanas a Brasil, con un encuentro con los laicos más próximos a la comunidad y con los cuales se está haciendo un proceso para que el carisma pueda seguir dando fruto en estas tierras marañenses. Y como el padre celebrante repitió varias veces durante la eucaristía: “La semilla cayó en tierra buena y dio mucho fruto”.
Hnas. Stella Cardona y Begoña Requejo